Colombiana que no se siente 100% colombiana

Soy una colombiana que no se siente 100% colombiana, nací en Bogotá, pero eso no quiere decir que siempre me sienta orgullosa de la sociedad colombiana. Dudé mucho para hacer esta entrada porque siento que este tema siempre ha sido un poco como un tabú y cuando lo menciono, sobre todo en presencia de otros colombianos, siempre soy fuertemente criticada y me preguntan lo mismo: “si tanto odias a Colombia ¿qué haces aún aquí?” o “vete si te gusta tan poco tu país”. La respuesta es que no odio a mi país, pero tampoco pienso que por eso me tenga que prohibir de hablar sobre las cosas que considero que están mal o que por eso tenga que salir corriendo a otro país. Así que si leen esto, espero que tengan mente abierta y consideren si las cosas que expongo son definitivamente una mentira o se pueden tomar en consideración. Aclaro que comprendo que ninguna sociedad es perfecta y que estamos intentando también mejorar como comunidad constantemente. Voy a empezar con las cosas que no me gustan:

  • EL VIVO VIVE DEL BOBO: Desde pequeños nos enseñan a no ser el bobo de la situación, porque va a venir el vivo a pasar por encima de nosotros, así que tenemos que ser nosotros los que nos adelantemos. Tenemos que ser “abejas”. Esto no estaría mal si también nos mostraran límites, si tuviéramos claro que lo que nosotros hacemos afecta a los otros y es la razón por la que nos hemos vuelto egoístas al extremo que solo pensamos en nosotros, en hacer lo que sea necesario para alcanzar lo que queremos y las personas que tuvimos que irrespetar para lograrlo son solo daño colateral. Estos comportamientos inician en el “me tocó empujar unas personas en Transmilenio hoy para poderme montar y llegar temprano al trabajo porque me levanté tarde.” y puede llegar fácilmente a “se murieron unos cuantos campesinos inocentes mientras matábamos guerrilleros, lastima, pero era nuestra única oportunidad.”
  • SOMOS EL PAÍS MÁS FELIZ DEL MUNDO: Nos han dicho siempre esa dichosa frase, somos el país más feliz del mundo ¿realmente lo somos? Puede que seamos un país con personas alegres, que celebramos todo, lo bueno y lo malo, bailamos, reímos y gozamos. Pero de ahí a que seamos las personas más felices del mundo, falta mucho. Es probable que si usted le pregunta a cualquier persona del común si es feliz, le diga que sí, puede que si lo sea, pero también que le esté mintiendo o peor, que se esté mintiendo a sí mismo; porque nos han enseñado que no estar felices está mal y critican a quien no lo está porque “ay tan cansón, nunca se conforma con nada y habiendo tanta gente que tiene menos y es feliz”. Pero me gustaría que le preguntaran a los niños que se mueren todos los días de hambre en la Guajira si son felices o a los ancianos que su familia abandona porque son “una carga”. Pienso que este sentimiento de falsa felicidad lo único que ha generado es un grave problema de conformismo, en el que las personas no luchan por algo mejor porque hay personas que están peor y aun así se ven felices o porque preferimos celebrarlo todo para no enfocarnos en los verdaderos problemas para poder solucionarlos.
  • Y ESE QUIEN SE CREE: Tenemos una fuerte tendencia al chisme, la envidia, la hipocresía y la crítica, probablemente por nuestro legado católico (pero ese es un tema que no abordaré en este momento). Queremos siempre saber que hizo la vecina, el ex compañero de colegio, la prima, el colega, etc. Si le pasó algo bueno decimos “jum que bien por él o ella, quién sabe que torcido hizo para ganárselo”, luego nos lo o la encontramos en la calle y le damos una gran sonrisa y felicitación, luego volvemos a hablar con otro vecino mal del que acabamos de felicitar. Ahora, si lo que le pasó fue algo malo, decimos “pobrecito, pero es que se había demorado en que le pasara, él o ella se lo buscó” y repetimos la misma coreografía. Nos duele que los otros progresen y nosotros no, aunque sean personas que apreciamos; aun así tampoco empleamos mucho de nuestro tiempo en hacer las cosas mejor que el otro o solo lo hacemos por superarlos, no por nosotros.
  • IDEALIZAMOS A LOS EXTRANJEROS: Creemos que los extranjeros son lo mejor del mundo, tienen dinero y vida perfecta. Pero cuidado, extranjeros para nosotros son específicamente asiáticos, europeos y estadounidenses, preferiblemente si son monos (rubios), altos y de ojos verdes; porque los sudamericanos y centroamericanos son por completo subvalorados. Preferimos un novio extranjero, les damos mejores oportunidades de empleo que a los paisanos y si vemos a un o una colombiana con pareja extranjera decimos “uy consiguió marrano”. Suponemos tantas cosas de los extranjeros que cuando vamos a sus países vemos que no tenemos un trato especial, nos desilusionamos.
  • NECESITAMOS QUE NOS VIGILEN: Estamos acostumbrados a hacer las cosas bien solo porque si no las hacemos, habrán consecuencias. Pero si no nos vigilan sale a flote toda esa “malicia indígena” para hacer algo audaz y jactarnos de eso. Básicamente estoy diciendo que no está claro si las cosas se hacen o no porque sepamos que están bien o mal, o porque alguien más lo dice y me puede castigar. Todo esto incluye desde el universitario que aprovechó para sacar el cuaderno en un examen porque “el cucho dio papaya” hasta el político corrupto que va sacando de a 2 milloncitos mensuales del presupuesto porque “es tanto dinero que 2 milloncitos no se notan ni hacen falta”.

Bueno, ya hablé de lo malo y de pronto algunos ya me están odiando. Ahora es momento de hablar de lo bueno, Las cosas que amo de mi tierrita en el siguiente post https://laciudadanadelplaneta.wordpress.com/2019/02/24/las-cosas-que-amo-de-mi-tierrita/.

¡Bienvenidos a mi Blog!

Este es un blog personal que pretende ser de viajes, cuenta mi perspectiva y vivencias personales en el mundo. Como es un blog personal, les voy a contar un poco de mí porque mi forma de ser y pensar va a influenciar todo lo que escriba.

Soy una mujer colombiana en sus 20s que vive apasionada por viajar, aprender idiomas, conocer nuevas culturas, percepciones de la vida y el mundo, probar platos nuevos y dejarse quitar el aliento por lugares mágicos. No soy escritora no he estudiado nada relacionado con comunicación, pero hay algo de lo que estoy segura y es que todo lo que leemos, está susceptible a diferentes interpretaciones dependiendo de nuestro estado de ánimo al leer o de la información que queremos encontrar, es decir, si estoy buscando leer que un lugar es peligroso, eso es lo que voy a encontrar. Sin embargo, intentaré comunicar la misma intención con que se escribe cada entrada. También sé que soy una persona que suena muy segura cuando da su opinión y puede ser interpretado como que siento que es la única verdad, pero en realidad no es así, soy muy abierta a otros puntos de vista y me gusta escucharlos porque considero que es una forma de ampliar mi perspectiva.

Nunca me han gustado los estereotipos ni sentirme encasillada, razón por la cual este blog tampoco lo estará, no va a ser un blog exclusivamente de viajes ni dirá que un turista es menos que un mochilero. Es un blog que inicia siendo de viajes y luego verá en qué se transforma, porque como todo en la vida, incluyéndome, estamos en constante cambio y evolución. Espero que lo disfruten y encuentren lo que buscan.

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